Una oferta pública de adquisición, también conocida como oferta pública de adquisición o adquisición hostil, es la compra de una empresa por otra. En este proceso, el comprador hace una oferta para adquirir todas las acciones en circulación de una empresa objetivo con una prima sobre su valor de mercado actual.
La oferta puede hacerse directamente a los accionistas o a través de un intermediario financiero, como un banco o intermediario. Si se acepta, el oferente se convierte en el nuevo propietario de la empresa objetivo y tiene el control de sus decisiones y operaciones.
Las ofertas públicas de adquisición pueden ser amistosas u hostiles, dependiendo de cómo se inicien. Una oferta pública de adquisición amistosa suele incluir negociaciones entre el comprador y el consejo de administración de la empresa objetivo, en las que ambas partes acuerdan los términos de la transacción. Por el contrario, una oferta pública de adquisición hostil no implica este tipo de negociaciones y suele iniciarse con una oferta no solicitada del comprador.
Tipos de OPA
Hay tres tipos de ofertas públicas de adquisición: ofertas en efectivo, ofertas de intercambio de acciones y ofertas de compra de activos
Oferta en efectivo – Este tipo de oferta implica que el comprador pague en efectivo todas las acciones en circulación de la empresa objetivo a un precio determinado
Oferta de intercambio de acciones – En este tipo de oferta, el comprador propone pagar por algunasy las acciones restantes se canjearán por títulos del comprador
Oferta de compra de activos – Este tipo de oferta implica que el comprador adquiere determinados activos o pasivos de la empresa objetivo, como existencias, bienes inmuebles, patentes o deudas. El comprador paga en efectivo por estos elementos a un precio determinado.
Hay una serie de factores que pueden afectar al éxito de una oferta pública de adquisición. Entre ellos se encuentran la situación financiera de ambas empresas, los intereses y expectativas de sus respectivos accionistas, las condiciones del mercado y los posibles problemas normativos.
Además, en las adquisiciones hostiles, la empresa objetivo puede emplear estrategias para defenderse de ser adquirida por un oferente no deseado. Estas estrategias pueden incluir la emisión de nuevas acciones o la recompra de las existentes.
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